Sin bombo y sin platillos, ni figureos de alcaldes o autoridades, respetando la dignidad del ser humano, en Santo Domingo Este se ha comenzado una lucha por no hacer la ciudad el santuario de indocumentados como estaba a ser llamado.
Escuelas, Edificios, Casas, donde sea que existiera un lugar medio abandonado se ha llenado de indocumentados que si bien no causan conflitos y violencia, si terminan arrabalizando la ciudad porque de alguna forma, deben trabajar para comer.
La coordinación de varias autoridades ha comenzado, con éxito, la «batida» contra zonas donde se han concentrado números no despreciables de personas indocumentadas en el territorio y por lo tanto, no controlables.
Un fenómeno interesante es que hay un grupo de ellos que alquilan casas a dominicanos, pagándolas bien y por adelantado, y asi han logrado entrar a los residenciales, que ya causan protestas.
El alquilar a indocumentados está fuertemente penado por ley pero a algunos dueños de casas les está interesando más el dinero que el indocumentado les da sin papeles, sin garantías, en dolares y en euros.
El auge de la construcción en Santo Domingo Este ha producido esta avalancha que ahora se trata de contener, aunque no existan noticias que las autoridades fueran a buscar a donde se construyen torres de apartamentos caros, a indocumentados, y tratar de hacer también allí cumplir el 80/20 y otras necesarias leyes regulatorias.